martes, mayo 22, 2007

Testimonio de una misionera.


Hola mi nombre es Dácil, y junto con mi esposo somos dos voluntarios para el viaje a Perú.
Quería compartir con todos, la experiencia de compartir con otros hermanos el proyecto a Perú, y como Dios va abriendo puertas y nos muestra su voluntad día a día.

Mi prima Rut había pasado una temporada en casa con nosotros, aprovechando la Semana Santa ella volvía a casa y nosotros pasaríamos unos días de relax con mis tíos en Sevilla. La iglesia donde ella asiste, en Camas, tenía un retiro para esa fecha y no dudamos en aprovechar el viaje para quedarnos en el retiro. Son hermanos que yo conozco desde hace mucho tiempo, además, mis tíos también asisten allí. Junto con nosotros se apuntaron al viaje dos jóvenes más de mi iglesia aquí en Valencia, Benjamín y Marcos, sabíamos que el viaje iba a ser muy divertido, pero nunca pensamos que el Señor nos iba a utilizar de aquella manera.

Un día antes de irnos estaba en mi iglesia y vi las camisetas que hicimos para sacar fondos para Perú, y pensé, ¿si la llevamos al retiro igual se venden?, y así nos las quitamos ya de encima. Lo consultamos con los responsables de aquí y con los de Sevilla. La verdad es que fue una bendición, no hubo ningún problema por su parte y estuvieron de acuerdo.

Cuando llegamos al lugar del retiro, se llama Los Naranjos, un sitio precioso en medio de la Sierra Norte de Sevilla. Nos dijeron que después de la conferencia nos daban un tiempo para exponer el proyecto. Yo nunca lo había hecho y me gustó mucho la experiencia, Marcos y Benjamín también expusieron una parte de los trabajos que íbamos a realizar, también son voluntarios para ir a Perú, así que ¿qué mas podíamos pedir?..., Que nos compraran las camisetas ¿verdad? Pues si, se pudieron vender y no solo para quitárnoslas de encima, sino de bendición para todos. Me encantó la reacción de todos los hermanos, se unieron a nosotros en oración y nos apoyaron económicamente, con la compra de las camisetas y ofrendas. El Señor es bueno, yo no me imaginaba para nada que nos iba a usar, no solo para vender las camisetas, sino para que otras personas tuvieran la oportunidad de participar. Muchas veces, el Señor nos bendice incluso cuando le entregamos lo que nos sobra, aunque el quiere que le demos todo no solo lo que nos sobra. Pero en su infinita bondad y misericordia se vale de lo poquito que le damos muchas veces para multiplicarlo y ser de bendición para otros.

Bueno ahora os dejo con una fotografía de la gente del retiro de la iglesia de Camas.

Un saludo y que el Señor les bendiga.
DACIL SANTANA RIVERO